En un árido altiplanto, 500 kilómetros al sur de la ciudad boliviana de La Paz, se encuentra el desierto blanco que forma el salar de Uyuni. Tiene más de 11.000 kilómetros cuadrados y es el más alto del mundo, ubicado a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Como si todo eso no fuera suficientemente curioso para un paisaje, muy cerca, a 500 metros se levanta un hotel construido en base a bloques de sal.
Su singular arquitectura recuerda mucho a los iglúes o a los también extraños hoteles de hielo. Los visitantes que se animan a la aventura que significa conocerlo pueden perfectamente probar las paredes para comprobar que están hechas de sal.
Una alfombra de cristales de sal cubre el piso. El material se repite en camas, sillones, mesas, sillas, estufas y casi todo el mobiliario.
El techo de paja y alguns adornos como tapices o almohadones, además de las sábanas, colchas y otros elementos de uso personal recuerdan que existen diferentes colores en un paisaje donde encegece la blancura.
Tiene 25 habitaciones con capacidad para 50 huéspedes. Frente a los cuartos, hay pequeñas salas de estar caldeadas por chimeneas, con hamacas y cómodos asienteos que permiten disfrutar a través de los ventanales las panorámicas inacabables que ofrece el Salar.
El precio: 95 dólares
Web: http://www.lunasaladahotel.com.bo
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